domingo, 29 de abril de 2007

Las palabras de mi sombra

Sobra tiempo que perder cuando el mundo está a tu alcance.
Suena un tambor tribal anunciando a un pasajero que trae entre sus maletas los mas largos años viejos.
Y se ríe a veces, eso no lo avisan los tambores. Y sufre por momento con su cara desgarbada.
La rosa antigua es blanca y negra como yo. Vive cuando vive el sol, siempre detrás de alguien pero sin identidad. Soy pura forma y al esclarecer desaparezco.
Viaje tras viaje recupero lo que el protagonista deja. Arrastro con cadenas el sentir de un bandoneón que, tanguero, me recuerda Buenos Aires.
Sin mí no hay más memoria; sin mí sería solo "carpe diem".