jueves, 29 de mayo de 2008

Tercer Poema Inglés (en español)




III

Un velador sostiene el alba fresca, sobrevivo la noche bajo un sol eléctrico.
La noche, como sueños, es siempre inédita. Sabe desterrar la vida con sus juegos satánicos. Lo divino y lo terrible conviven en la oscuridad.

Yo me alejo de vos, viéndote alejar.
Después te busco, pero el día te renueva la otredad.
Me alejo entonces, tratando de ser yo el que se aleja, pero vuelvo la mirada.
Llega la noche. Está el velador y yo. Hoy no viniste pero te traigo: sos mis palabras.
Ya nunca te irás.
Leo un libro y creo que me hace falta algo. Escribo.
Con la luz de un sol real me despierto y recupero la eterna desilusión:
Siempre he despertado sólo.

Entonces miro el reloj y recupero cierto aliento. Las horas no me importan. Yo existo al menos para mí.
Oigo que alguien habla de fusión. Me acuerdo de quererme.
Tomo papel y lápiz y construyo mi laberinto.
Mi arte es mi ser, mi arma, mi esencia. Quien quiera mirarme a los ojos ha de entornarlos a mis páginas, torpes, pero precisas.
Y ahí entonces es cuando la recuerdo, no como obsesión sino como compañera.

Muy a mi pesar, pero maduro, comprendo que la quiero.

jueves, 1 de mayo de 2008

Ocaso

Como si fuese poco el tiempo, además hay que vivir.
Resulta que Alejandro, dado a sus desventuras mentales, decidió hablar de sí mismo en tercera persona: "tal vez no se entienda si es un cuento, una confesión o una bipolaridad, este modo de cantar".
Pero una vez escrita la primera frase descubrió que terciarizar es un termino cuasi económico, y se sintió frívolo, empresario y marketinero...
"Vos sos un tipo raro", le hubiera encantado que alguien le dijera... pero ni a tal punto de excentricidad llegaba su desmesura particular.
"Ni extraño, ni normal, soy apenas un seudónimo", arriesgo en una vigilia de día martes. Pues los martes tenían eso, sin importar lo que pasara durante el día, la vigilia sería reveladora.
Y así, un poco tirando la idea de los pelos, se dio Alejandro a la aventura de inventar un cuento que, sin ser cuento en realidad, no fuera nada y aun menos confesara... sólo así, sin sentido, encontraría encauzar su desvelo de día feriado.