jueves, 3 de febrero de 2011

Madurar el yo

¡Qué bien se siente: ya no me asfixia la novedad!
La tengo entre mis manos sin babas. La miro ahí esperando en su envoltorio. La sé casi de memoria. Ordenador, computer... Conozco su encanto pero ya no me rindo ante él. Es como un micro éxito, como un campeonato trivial sin contendientes. Suena la trompeta, largo, llego, triunfo y festejo todo junto. Un mundo nuevo, el de la no ansiedad. Pero con Ansia, querido Iorio, siempre con Ansia...
Y ahora me despejo, vuelvo a mirar la novedad ahí tendida, huérfano de manos nerviosas, y me tiro un rato a leer. La vida... y lo demás al lado.