lunes, 30 de mayo de 2011

Mientras escucho Amy Winehouse

(para leer mientras escuhan la canción)

http://www.youtube.com/watch?v=zzlzI3BnoGw

Mientras escucho Amy Winehouse pienso en el esnobismo de las masas, esas nueva entidad seisieteochesca que entabló la sensación de que cualquiera que debata será considerado seriamente si dice cosas como “el movimiento popular” o qué sé yo. Pero Amy Winehouse se filtra mientras quiero una moto y mis dedos en el teclado escriben como bailando en algo que no me pasó nunca porque hasta las tildes entran con ritmo y no sé si alguien sentirá este fluir sentido que sí siento cuando el saxo sin sexo pero con resuena en mis odios amywineehausianos esta tarde y pienso que tal vez el sexo esté y está pero lo perdí ayer por la tarde después de ver “El artista” de Cohn-Duprat, que con Laiseca dieron vida a esa misma misma misma película que vi ayer. Puede que nada de lo que diga tenga sentido si no se lee con amy y su sonido de fondo pero qué me importa esto no es escritura para nadie más que para mí que estoy experimentando una nueva inédita sensación de sacudida hasta las vísceras bailarinas de la suerte… mi cabeza se mueve a ritmo, me ven, me ven, me miran como un loco, que loco y recontra loco juego en el teclado, pierdo las ideas, gano en dudas en olvidos y veo que la canción era “Just friends”, qué extraño, ahora “Back to Black”, curioso, y mi periodo negro está clarísimo en esta crónica de la fluidez del dedo que a dedo y dedo hace palabras como dedo, como la película “El dedo”, que quise ver ayer y no me gustó, tal vez poniéndola en silencio, enjoy the silence, pero no pudo ser. Ahora se va el ritmo, en negro todo se vuelve depresivo y en la curva me reanimo vamos para arriba y leo y escribo y escucho, todo lo que hago está perfectamente bien, coreográficamente hermoso, si me vieras, tú, que llenas todo de alegría y juventud, a las tres de la tarde de mi lunes de cierre, cuando todos abren sus ventanas a la vida y yo con amy winehouse descubro parte nueva de la obra, obra que no tuve hasta ahora, mi periodo de sordina y de pop enfrascado y carrasposo, tal vez nunca vuelva acá, a este recóndito lugar de la biblioteca musical ajena donde el viejo, lo veo, lo veo, me busca para hablar pero me encuentra hipnotizado en mis auriculares prominentes con refuerzo de bajos y tanto ritmo. Esto es una aventura que podría durar toda la vida. Escribo lo que dura un disco. Un disco que escucho por primera vez y no paro de escribirle encima, por eso las repeticiones y las fugas, porque me pierdo mientras veo todo a mi alrededor, mi jefa en uno de esos días menos loca que de costumbre pero con tanto celular encima, el viejo que me busca, otra vez, y el disco éste, nuevo para mi, lo descubro a la vez que descubro este deporte de descubrir músicas conforme descubro emociones o deportes. --- Uy, la interrupción de otro jefe que me pregunta cosas porque esto es un trabajo, es un trabajo, pero lo olvido, chasqueo mis dedos, le doy poco de cabeza bamboleante y con medio labio entre mis dientes sigo por el filo de mi texto. No es medio labio, es media boca, es un labio entero que se nutre de saliva y vuelva para adentro sin moverse. Pasan los temas, it´s ok dice amy, casi una amiga de golpe. Quiero una moto, la gente dice que no. Quiero una moto. Stop. Al golpe de pandero. ¿Cuál era la idea inicial? No importa, perdió relevancia ante esta extraordinaria sensación de la perfecta precisión de mis dedos en el teclado, en cada una de las teclas a las que no erro hace rato. Y el esnobismo de las masa de pronto me importa tres cuernos y dos gramos de sombra ajena. Tan poco, tan poco. La comida está por llegar, después de un tema paro, espero poder volver a seguir algún día. Gabriel mira el menú. De golpe me enternece, pero vamos, que es otro de los jefes. Tantos jefes y yo con amy winehouse, fantástica decisión. Fantástico éxtasis. Locura total diría Eduardo. Alquimia en la redacción de la revista Gente en este lunes 30 de mayo para el recuerdo. Y entonces una pausa, pero musical. Ahora sí.