
Y para acá o allá,
Y desde allí otra vez,
Y vuelta y vuelta,
Surge soberana
La tierra de mi piel,
La vacua y vana
Y terca soledad que envuelta
En gana,
sobrevive a nuestra miel
De enferma y sana
Relación de pura sien
Pero con ansia
de terror, de olvido
Y de jactancia,
En donde todo es vuelta y vuelta
Soberana,
Sobre la sombra inmóvil de mi cama
Que guarda poesía
envuelta y larga
arriba mío o tuyo aquella sabia
de tronco de nogal, madera amarga,
que emana para mí la suave magia
De quererte entre mi letra y mi arrogancia.
Pues esta confusión muestra dos bandas:
La intelectual, muy fiel a mí, que no me cansa
Y me reprocha el hablar sin la elegancia
esperada en cierta casa o cierta estancia.
Es el hablar sin el sentir, a voz que, mansa,
Se repliega en el saber dando distancia.
Y pregunto, ¿es expresión o es ejercicio?,
El jugar con las palabras y los ritmos,
El mostrar en poesía cierto vicio,
Y contar lo que se cuenta en simetría,
O mostrar el sano juicio o artificio
De inventar con el lenguaje la alegría.
Ya una vez entrado en vasto mundo
La cuestión se retuerce por completo,
Y se forma un debate vagabundo,
Y adscribir a una escuela es el decreto.
Y se vuelve ahora hábito y usanza
-siendo patria de extremistas y de huecos-
Defender a una postura a ultranza.
Verso libre (o prosa), dado sin nostalgia,
o rima veterana, en danza
de métricas y normas varias
de sonetos, tradición, y no vanguardia;
de Quevedo, de Machado o Garcilaso
de aquel Borges, de Manrique, o de Unamuno;
de academia, de respeto, de cuadrado;
y de aquellos que fundaron el futuro.
O tal vez alternativas y anarquía,
O tal vez la nunca rima y siempre arritmia,
Poesía del fluir de las ideas
Y del fruto de la mente y la belleza.
Con palabras en formas y en maneras
Que a la vista se mostrara la destreza;
Fue Juanele, lo fue Whitman, o Neruda
fue Bukoswki, lo son varios, fue Girondo.
Y destaco en Oliverio lo profundo
donde el barro sublevado se resigna
a entender el verso libre en forma digna;
y a sentir que algo hay en ese mundo.
Pues “se miran, se presienten”, o “destino”,
dan la nota, dan también la forma insignia,
y rebajan a la crítica al mal tino,
Y una vuelta que se vuelve, me retuerce,
Se repite, se acomete, se envejece,
Se interpone, se rebaja, se amotina,
Se recuerda, se refleja, desvanece,
Y se encuentra, se refuerza y se aglutina.
Y se explota, se extermina, y amanece.

Nada es dicho,
Si la emoción se inventa.
Todo es forma,
todo es plagio o es mentira;
Y el que fue que me inventó,
lo soy de vuelta,
Hoy soy dado a lo que dan las poesías.