lunes, 27 de septiembre de 2010

Cuando todo el resto es realidad

¿Y qué hago con la suerte, con la sed, con la locura? Cuando todo el mundo es realidad, qué hago con el sueño que no tengo. ¿Con los lunes que son trabajo y nada más? ¿Con los martes sin creencias?
Tengo que ir a un banco, depositar 400 pesos. Ir a la empresa de celulares que me estafa. Pelear 200 pesos. Pssar por pago fácil, perder 100 de la luz. Llorar un rato, gratis.
¿Y qué hago con las ganas de un bar una tarde cualquiera? ¿Donde compro la cerveza que me debo?
Que poco divertido es caminar, cuando todo el resto es realidad.
La catarcis y las compras. Los amigos que no tienen tiempo azul para perder en peregrinos. Los salvajes números asteriscos. Y mi nombre y el de aquella. Las ganas postergadas, el sí que no que sí. Ese momento efímero de valentía, de arrojo, de abandono. De qué vale vivir sin soledades a montones que nos borren las soledades a montones que nos pesan en la espalda solitaria de un momento, un momento peculiar (cuando todo el resto es realidad), un momento luz negra, luz que no, luz abismo. Qué hacemos, qué bailamos, qué jugamos. Cuando todo el mundo es realidad, batimos el record de nuestras propias ganas de matar!

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