Y mi padre insiste en que todo lo que escribo es triste..., se debate palmo a palmo entre la alegría de verme animado y la culpa (obligada) de sentirse orgulloso. Me pregunta, además, si soy feliz...
Bueno.... pues eso depende del día, le digo. Pero la desgracia mayor es que el jugo de alegría tiene un sabor insulso, agrio, que decepciona... lo simpático vale la pena vivirlo pero no tanto contarlo.
No obstante, y para consuelo de mi padre, hubo un día que aún hoy me cae bien y por eso lo que sigue.

Recorrí las calles propias de un sueño.
Cerré mis ojos y perpetré el momento.
Lo recuerdo con sonrisas.
Hubo un día en que empezó esto que escribo
Y ese mismo día terminaba.
Lo recuerdo como fue y con su fugacidad trascendente.
Duró poco y como toda sensación intensa, es eterna.
Hay un día que es pasado
Que abre puertas al futuro
Que supone un cambio de mirada
Que rompe el tiempo del mundo.

2 comentarios:
Bueno, definitivamente me gustan mas tus prosas, pero eso no es por que escribas malos o buenos poemas, solo que en general no me gusta la poesia
Amo la poesía, pero coincido con el analista. Me gustan más tus prosas.
Lu
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