martes, 17 de julio de 2007

El día en que Buenos Aires no fue mía

Emblema vacuo la nieve, que me abriga en su ironía.

Hoy la ciudad está en blanco por lo que nunca jamás ya hubo sucedido.

Sur, paredón y después, sur.

Ya nunca Buenos Aires será tierra de bohemios en sudor, pues Europa sacro santa trajo su extraña capa de inspiración helada.

Nieve en la Rusia porteña que me obliga a descifrar cual será el lamento que desprenda mi tinta.


Sal y lluvia, llanto y soledad, nieve y el emblema fútil de mi protesta contra no sé qué.

2 comentarios:

Gala dijo...

Buenas, y muy bueno.

"Nieve en la Rusia porteña que me obliga a descifrar cual será el lamento que desprenda mi tinta."

Me quedo con esa frase. Un día habrá que ir a rusia a exprimir los tinteros, che, y encontrarse por ahí con el maestro Fiodor.

Amo las odas a Buenos Aires, mi único amor y odio.

Salud, y feliz día del amigo (aunque la felicidad no exista y los buenos amigos escaseen) (ah, maldita pesimista!)

Adiós

Alejandro Bennet dijo...

Gala... es raro responder por acá, no creo de hecho que lo leas nunca pero vale el intento.
La felicidad debe existir, de lo contrario nosotros no podriamos ser conscientes de nuestra tristeza. Al menso por oposición ha de existir.
Y los amigos... que nos condenen a cadena perpetua si queremos conocernos dijo Bukowski... no obstante creo tenerlo así que feliz día amiga y a ver que es de nuestars vidas