lunes, 15 de septiembre de 2008

Lecciones de un mozo al paso

Lo primero es la distribución de las mesas, ahí se concentran muchos de los problemas y de las soluciones. En un lugar chico, ponele de dos mozos, es imposible que no haya celos con el tema de las propinas, porque el cliente, vaya a saber uno por qué, siempre prefiere un sector del salón a otro… qué se yo, a las viejas por ejemplo les gusta sentarse cerca de la pared, como si allí hubiera más seguridad o estabilidad imagino. Otra cosa de las viejas es que siempre prefieren mesa para cuatro, aunque estén solas… necesitan explayarse físicamente o algo, poner una bolsa por silla y que todo tu servicio esté a su disposición… Decir que las veo y me acuerdo de mi abuela, sino no sé, mirá.
Después… los treintañeros de traje se toman un cafecito para hacerse los cancheros con las mozas mujeres, como que se sienten seductores tomando su café, y concentran todos sus encantos en el pago de la propina… hay mucho de ritual, de protocolo en la relación que se establece con el camarero…., ahí hay otra cosa, mozos en realidad no, camarero, gusta más.
Pero bueno, te decía que da celos la distribución del salón porque si te toca, suponete, la parte fumadora siempre se gana más de propina, porque el fumar parece que opera como elemento de culpa y sienten que deben pagar más por el servicio.
A ver, qué se yo, puedo hablarte de muchas costumbres… por ejemplo si el salón está vacío y hay sólo una mesa sucia (que aún no levantaste porque está todo tranquilo y te da fiaca), y entra un cliente, con todo el salón a su disposición, no hay chance de que no elija la mesa sucia… no me preguntes por qué mierda hacen eso, pero es fija… la mesa sucia seduce más… no digo que se haga con conciencia, para cagarle la vida al camarero, no… pero se hace, sin dudas.
Otra cosa graciosa es cuando el cliente piensa que el camarero se olvidó de darle su vuelto de dos pesos, mamita, eso no pasa querido… el mozo lo hace a propósito, suponiendo que el cliente (sea o no tacaño) va a resignar la plata e irse… pero podés creer que te lo reclaman: “mozo, mi vuelto”… y no te hablo de gente que gasta 4 pesos y quiere su vuelto, no… te hablo de gente que gasta 28, o 38 mangos, hasta 48, y quieren sus dos mangos… El argentino cada día está más rata te digo eh… el otro día hablaba con un yankie que entró al bar y me contó que allá dejan siempre, como mínimo, el 20%... eso sí es propina… y acá te reclaman dos sopes, es el colmo.
Y mirá que los turistas varían eh, el yankie, como te dije, deja mucho, gasta 50 y te deja 10. El español es más tacaño, como el argentino casi. Los brazucas pagan bien, el 15 dejan en general.
Y después, dentro de argentina, las que más dejan son la viejas paquetas, aunque no falta la pretensiosa rata que es capaz de dejarte 10 centavos, te juro, 10 centavos, pero hay que ser hija de puta, mejor no dejar nada a dejar 10 centavos, escuchame. Y bueno, los pibes jóvenes de traje pagan lindo si es que los atiende una linda mina que les histeriquea un poquito… si serán babosos… bah, yo también, uno paga más contento si te dan la cuenta y acto seguido ves como se aleja un buen culo con tu plata… lo vale, seguro que lo vale.

2 comentarios:

ade dijo...

- Sera asi?,hasta de eso hacemos una rutina, que embole, odio la rutina, pero, tenés razon, creo. El pximo café va ser con seguimiento de escena. Muchos camareros o eras viven de sus propinas, los sueldos por lo gral. son de mierda. Ade

Alejandro Bennet dijo...

Yo diría que la propina es el sueldo, y el sueldo (lamentablemente) es una propina.
No sé si esto será siempre así pero al menso es lo que rescato del tiempo que fui mozo allá por el microcentro... Fue un trabajo divertido, eso sí.
Saludos