miércoles, 22 de octubre de 2008

Algunos Días Despues

Cuando no se prestan las ganas de escribir,
o lanzamos ciertas líneas y el azar las borra,
o creemos en la responsabilidad de perpetuar conceptos;
Todo sale errado,
Así sin fuerza,
Sin las esquinas pulidas,
Precario.
Es así como nuestra tenacidad nos reconoce necios
Y caemos en la maña de revisar,
De discutirnos,
De amansarnos,
De retomar las páginas que habíamos creído listas.
Y surge la demanda perfeccionista:
Corregir,
Tomar otro curso,
Pensar que habíamos pensado en otra cosa,
Cambiar el orden,
Modificar factores,
Censurarnos el impulso aquel.
Entonces las palabras serán otras,
Y las ideas, ya banales anteriormente,
Tomaran color de sauce
-¿quién conoce el color del sauce?-
Y se reacomodaran en la cabeza.
Luego así las “percepciones”
Serán nociones perdidas,
Al reverso y al revés,
Y de vuelta, y dando vueltas,
Lo designado menor,
En repetidos, sucesivos, cantos
Será lo enorme, lo gigante:
Menor
Menor
Menor
Menor
Menor
Menor
Menor
Menor….

El tiempo va cambiando no la forma, sino lo formulado.

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