martes, 1 de abril de 2008

Vida y obra de la intolerancia

Al fin, la violencia que faltaba. La sombra de un nuevo dictador sobre la patria, ahora que cualquier sombra o cualquier dictador sobra a la patria.
Un bombo o un platillo, la vida de los estruendos, los golpes y el chantaje.
Hoy me siento responsable de algo que no hice. Vi en las páginas de diarios a personas desbocadas, salidas de su condición de humanos, repartiendo trompadas en una plaza pública. Vi también un escenario lleno de gente partidaria de un solo lado. Después escuché, cuando cesaban los bombos, que una señora –ofendida con su condición de señora- pronunciaba a voz de discurso palabrerío infundado que tenía como objeto hacer entender fascismo donde hay una protesta social. El descrédito a una manifestación por el hecho de estar conformada por gente disconforme con el bloque que dicha señora precede, o dice preceder.
A la mierda, para qué hablar en general, si mi confusión patriótica tiene nombres propios, tiene pieles, texturas, citas, blasfemias… infamias.
Después de decir “de qué se quejan, si andan en 4x4” (ni hablar de cómo andará Moyano, que también solía quejarse), discurre el término “derechos humanos”. Mientras tanto desde atrás alguien la alienta, alguien que poco derecho tiene a llamarse a sí mismo “ser humano”, o quizás más derecho que cualquiera… quién va a negar que humano es aquel que, sin pensar, levanta el puño y empieza a trompear a quien piense distinto. La violencia que faltaba, la natural forma de ser hombre… el sucedáneo al nacimiento en pesebres de bronca. Una notica para el guerrero masivo, la violencia es inseguridad disfrazada de potencia, es la falta de ideas encarnada en los nudillos, es –en síntesis- el símbolo de una idiosincrasia que ya debiera haberse extinguido.
Caótico paisaje, me confundo al escribirlo, y cuando intento corregirlo veo que no tiene sentido dar claridad, nada tiene sentido. Y entonces me pregunto si un asesino es capaz de ofenderse porque alguien le grite “hijo de puta”. Creo que más derecho a ofenderse tendría el hijo de María Magdalena.
Bienvenidos a Argentina, país donde se discrimina, donde hay gente que dice que tiene un odio “visceral” contra los “blancos de recoleta”. Bienvenidos a un país donde quien dice eso, cree estar siendo discriminado por simio, pero nunca discriminador. Ser racista es ser racista. Es discriminar entre razas o rasgos. Es ver diferencias donde no las hay. Es poner a uno sobre otro o a otro sobre uno sin ninguna razón. Es olvidar que si humanos somos todos, las estéticas quedarán para el negocio de la moda pero no para legitimar un reclamo y deslegitimar otro. Ser racista, en última instancia, es creer que una plaza pública, “la plaza del pueblo” es para los peronistas pero no para los “gorilas”. No sé donde se escondieron esas semillas nacis que llegaron a Argentina luego de la segunda guerra mundial, no sé donde se escondieron, pero si mal no recuerdo estudié que alguien llamado Perón, tenía simpatía por alguien llamado Hitler y que una vez caído el segundo sus secuaces se escondieron en el país del primero. Ahí habrán sembrado la semilla, ahí habrán dejado un ala naci en las bases del peronismo que no todo peronista tiene pero sí tiene D´Elia. Si es por él, mata a todos esos “blancos” que seguramente –en la cabeza del violento- deben estar dispuestos a matarlo a él. Pues bien, señor de puños, Dios quiera no termine tiñéndose el pelo, viviendo en Recoleta y yendo los domingos a la chacra. Dios no lo permita, pero cuidado que tal vez tampoco después de muerto Dios lo permita… dicen que el paraíso suele ser bastante duro en las admisiones.
En un país donde todo es siempre uno de dos vale la pena intentar un decimal, en una territorio de extremos yo he de recordar que algo existe entre los polos… la vida pasa entre el extremo del nacer y el opuesto del morir. En un país donde se es puto o se es homofóbico yo intento no serlo tanto, ninguna de las dos… conciliemos un sueño moderno, llamémonos tolerantes y –sólo para variar- seámoslo un poco también.

3 comentarios:

Joyeuse dijo...

Te olvidas de relatar la otra parte de la realidad...Te olvidas de decir que los productores agropecuarios han lesionado con su accionar, derechos garantizados por la Constitucion Nacional. Te olvidas de expresar que tanto los ruralistas como algunos pocos ciudadanos porteños se manifestaron contra la autoridad faltando el respeto a la investidura presidencial y violentando los valores democraticos, toda vez que la turba enardecia gritaba al ruido del batir de cacerolas diciendo "que se vaya", aludiendo a la presidente de la Nacion. Te falto agregar que fue el presidente de la Sociedad Rural Argentina el que califico positivamente con palabras e intencionalidad racista a los piquetes de los ruralistas, a los que legitimo, a su entender, por ser como el denomino "piquetes blancos"
Los cortes de ruta y demas accionar de los ruralistas son absolutamente opuestos la democracia, pues ponen por sobre el bienestar general, sus intereses particulares; y por tanto son reclamos que van en detrimento del bienestar general del pueblo, bienestar por el que vela la Constitucion Nacional de la Republica Argentina.

Diego M dijo...

Syd: justamente lo que busca Alejandro con su post (o por lo menos es lo que entendí yo) es no polarizar, tolerar, palabras que están faltando en el diccionario "argento"
No puede ser que no haya grises, no puede ser que se esté con el gobierno o con el campo. Mi humilde punto de vista es que ninguna de las dos partes tiene la razón absoluta, y se equivocan los caminos, se genera violencia, se falta el respeto, se logra que esto termine siendo un "todos contra todos"
Los humanos somos bichos más que particulares, jodidos, egoístas. Cada vez más seguido siento menos orgullo de ser humano.
El tiempo dirá...

Alejandro Bennet dijo...

Syd: Borges decía que hay que tener cuidado al elegir a nuestros enemigos, pues a la larga uno termina pareciéndose a ellos.
Yo le creo todo a Borges, por lo cual podrás entender que ni cerca estoy de tomar partido político mientras escribo algo repudiando a la violencia.
Cuando veo a un tipo pegándole en la cara a otro me importa un carajo el tema de las retenciones.
Como así me importa un carajo llenarme de argumentos pro o contra campo o gobierno...
Repudio la violencia, y el violentar, repudio tener que tomar partido y que las opciones sean cacerolear o escupir... repudio casi todo lo que veo... que hablen de golpes de estado, que digan naci cuando -en todo caso- deberían decir "burgués ambicioso"...
No olvido decir nada de lo que vos mencionás... simplemente no me importó... partido que tome el que quiera, a mí me alcanza con meterme en mi blog y decir lo que me parece... y lo que me parece es que la violencia del ser humano me tiene podrido.
Diego entendió bien, toleremos.. aunque sea un poco antes de salir a militar por cualquier bando que sea.