jueves, 25 de marzo de 2010

Morfina

El mundo es una confusión de voces
más que el mundo
el universo
un conglomerado fatal
pero dulce
al final
tan dulce como el terror
o más.
Estamos tan solos después de todo…
Y el mar acerca bramidos y hace como si nada
como si fuera fácil vivir en la ausencia.
La naturaleza es sabia por no sentir.
Las rocas suenan a ruido y la lluvia, musical, ya no sucede en el pasado.
Ahora: el viento,
el verdadero viento,
que mueve las agujas y las horas
trae susurros
lo sabe mejor que yo
dice cosas que se dicen para calmar el ánimo
y por fin lo entiendo:
No es un horror vivir en lo sucesivo
No hay que ocultarse o que huir
Ni sentirse amenazado por las pequeñas magias inútiles.
Dice el viento, jugando a ser sajón,
“quítenme todo, menos lo superfluo”,
hay que elegir el almuerzo,
dejarse llevar por la nimiedad,
y verse subsistir a la muerte.
Se puede después de todo
con memoria ciega
seguir queriendo y viviendo
seguir así
con la ventolada
siendo.

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